miércoles, 19 de octubre de 2022

Padecer Cetoacidosis diabética

Hace 2 años viví una experiencia impactante en relación a mi salud. Para ponerte en contexto, era el primer año de pandemia por el Covid; ya tenia 8 meses trabajando desde casa, apoyando a mis hijos con sus estudios a distancia (online) y todo lo que implicó adaptar las rutinas para ese momento. 


Sentí los primeros síntomas de la Cetoacidosis


En una noche después de cenar, empecé a sentir un fuerte malestar estomacal. Quizás algo que comí me hizo mal, pero al pasar el tiempo empeoró el malestar. Fueron cólicos y diarreas hasta el amanecer, entonces decidimos usar un servicio domiciliario de atención médica. Cuando llegó el médico me examinó y obviamente le informo sobre mi condición de diabetes. Sin embargo, él me indicó un tratamiento sencillo para la casa. 

La situación no mejoró, ya presentaba nauseas, estaba muy deshidratada (no tenía fuerzas para caminar) y sentía el corazón acelerado. Mi esposo y yo decidimos ir a un centro de atención médica por emergencia, ya que se hacía más compleja mi situación de salud. Desde ese momento no pararon de realizarme exámenes, medirme la glucemia frecuentemente (me dolían los dedos sin exagerar) y lo que preocupaba era que no daban con el diagnóstico.


Cuando tu salud depende de profesionales y de mucha fe


Ocurrieron una serie de inconvenientes entre el seguro y la clínica, tuvimos que tomar la decisión de dirigirnos a otra clínica que tuviera el servicio de UCI (Unidad de Cuidados Intensivos). Ya mi situación era bastante delicada, a pesar de mi grave estado de salud...recuerdo que estaba muy desorientada, presentaba mucha debilidad, había bajado aceleradamente mi peso, seguía con las nauseas. Sinceramente pensaba que podía pasar lo peor, que era dejar a mi familia.

No se si crees en ángeles, esa noche estaban de guardia dos doctoras que lamentablemente no supe sus nombres. Solo recuerdo que una era mayor como de 60 años y otra más joven de 30 años. Cada una con ayuda del personal de enfermería, dio un aporte invaluable toda esa noche y madrugada. La doctora mayor fue una ayuda espiritual, rezó me habló mucho de la fuerza y las ganas de superar mi situación. La doctora más joven se que luchó para ponerme la vía en el cuello y empezar con un tratamiento. El diagnóstico que tuve fue Cetoasidosis Diabética es decir, fue una descompensación de mi diabetes. Para poder salir adelante, tuve que permanecer 3 días en la UCI.


Puedo resumir que me sentí desorientada, imaginaba cosas, mi mente no estaba bien, me costó recuperar las fuerzas para caminar y bañarme. Estaba tan delgada que me daba pena que me viera la familia y amigos. Confieso que sin la fuerza de la oración y la fe, no hubiera salido de esto. Además del amor y apoyo familiar. En estas líneas le quiero agradecer a mi esposo, mi mamá y hermano...ellos hicieron equipo, hallaron los recursos y lograron hacer contacto con personas claves (enfermera, corredora de seguro, chofer de la ambulancia, etc.). Así como mi cuñada, suegra y sobrina que se dedicaron a cuidar de mis hijos.


¿Qué me dejó está situación?


Quiero resaltar de ésta experiencia... que a pesar que fue un año rudo para mi tanto emocional, profesional y económico. Entender que no todos reaccionamos igual en estas circunstancias y tener años con una patología o condición no es que te la sabes todas y menos que Internet va a reemplazar a un médico. 


Cuando empecé a realizar cambios de insulinas, porque era lo que se encontraba en las farmacias en Venezuela o quizás no eran tan costosas. Es muy importante siempre consultar al médico tratante. Porque en mi caso estuve utilizando en un mes, una insulina de acción prolongada como si fuese una de acción rápida. Lo que se traduce que en un mes o más (la verdad no recuerdo con exactitud), no recibí el tratamiento indicado.


Estoy clara que hay otros factores como: alimentación no adecuada, alto nivel de estrés y el encierro. A pesar que si me ejercitaba, porque me ayudaba a drenar un poco. Espero que éstas líneas le aporten un granito de arena, porque saber vivir con diabetes es todos los días. Siempre hay algo que aprender, no solo si eres el paciente, sino si eres familiar de un diabético. 


De lo amargo saqué algo bueno


Luego de superar una Cetoacidosis Diabética, aprendí más a disfrutar y valorar esta oportunidad que Dios me brindo. Tengo claro que cuando ocurren estos casos de salud, no debemos esperar tanto para recurrir a un médico. Cada cambio que evaluemos, antes de tomar decisiones llamar al doctor. No olvides ir a tu control con tu médico Internista o Endocrinólogo.  

Gracias sinceras si tuviste la paciencia de leer hasta aquí. Si tienes alguna duda o quieres conocer otro detalle, me los puedes escribir en los comentarios.